«Una buena diligencia debida es por definición sensible a la perspectiva de género» – Eurodiputada Lara Wolters.

El lunes 6 de marzo, la Red EU-LAT coorganizó el evento «Hidden in Plain Sight – Women’s Rights and Access to Justice in Global Value Chains», en cooperación con European Coalition of Corporate Justice, ActionAid, Anti-Slavery International, Irish Coalition for Business and Human Rights y Fair Trade Advocacy Office. Para reforzar este mensaje en el Día Internacional de la Mujer 2023, una coalición de 140 organizaciones pidió en una Carta Abierta a la UE una legislación sobre Diligencia Debida que tenga en cuenta la perspectiva de género.

Lea la Carta Abierta aquí

 

La protección de los derechos de la mujer, responsabilidad empresarial y acceso a la justicia desde una perspectiva de género representan algunos de los elementos clave que permanecen invisibles en muchos de los actuales procesos de diligencia debida de las empresas internacionales. Ahora, la UE dispone de la oportunidad de exigir a las empresas que incluyan los derechos de las mujeres y el acceso a la justicia en las cadenas de valor mundiales mediante su próxima Directiva sobre la Debida Diligencia en materia de Sostenibilidad Empresarial. Actualmente debatida y votada en el Parlamento Europeo, a la que seguirán triálogos en la UE, esta Directiva podría revertir el papel subordinado de las mujeres en los abusos de las empresas, y restaurar el desequilibrio de género a la hora de proteger a las mujeres contra las violaciones de los derechos humanos. En este evento, expertos de la sociedad civil , de las instituciones nacionales y de la UE expusieron los retos a los que se enfrentan las mujeres en las cadenas de valor mundiales, cómo la UE representa un actor clave en el restablecimiento de este desequilibrio de poder a nivel mundial y su obligación de hacerlo, y cómo la próxima Directiva debería, por tanto, incluir una fuerte perspectiva de género.

Los ponentes destacaron ciertos elementos concretos que deben tener en cuenta los responsables políticos europeos:

  • Los impactos de género en las cadenas de valor corporativas afectan a las mujeres de forma muy diferenciada, ejemplificado por datos que demuestran que las mujeres son más susceptibles de ser impactadas por el trabajo forzoso, están más expuestas a sufrir abusos, amenazas y discriminación, particularmente de dimensión sexual, y cuentan con menos posibilidades de denunciar o acceder a la justicia, entre otros. Para asegurarse de que se incluye la perspectiva de género en toda la cadena de valor, todos los procesos, empresas, organizaciones y estrategias deben centrarse en cómo afecta a las mujeres y a sus derechos.
  • La directiva debe reforzar el acceso a la justicia de las mujeres mediante un marco legal obligatorio que prevenga la discriminación estructural, y la naturalización de la inferioridad de género, estableciendo un mecanismo adecuado de responsabilidad civil, la inversión de la carga de la prueba, el acceso a documentos y abogados, el apoyo estatal y la asistencia jurídica, y permitiendo reclamaciones por parte de organizaciones en nombre de otras.
  • El ámbito empresarial de la Directiva debería ampliarse, incluyendo las relaciones comerciales upstream y downstream.
  • La Directiva debería obligar a las empresas a garantizar a las mujeres la plena participación de las partes interesadas en todas las fases del proceso, y a cumplir un proceso de consulta adecuado e informado. Por otra parte, las mujeres deben tener acceso a mecanismos de reclamación inclusivos.
  • Las prácticas de compra deben hacerse responsables, sobre la base de un nuevo marco jurídicamente vinculante de criterios inclusivos de género.
  • Las condiciones de trabajo de las mujeres deben mejorar mediante el aumento de los salarios dignos de las mujeres, vinculado a un mejor acceso a la educación, la seguridad social y los servicios sanitarios.
  • Es crucial establecer una mayor transparencia en la identificación de la totalidad de la cadena de valor, así como una lista de sectores de alto riesgo.
  • Se requieren más datos desagregados por género sobre la forma desproporcionada en que se afecta a las mujeres en lo que se refiere a condiciones laborales, discriminación salarial, violencia emocional y física, entre otros elementos, para establecer un marco político más detallado e inclusivo.