A un año del asesinato del defensor de derechos humanos Rararmuri, Julián Carrillo, hacemos un llamado a la Unión Europea para que se intensifiquen los esfuerzos hacia la justicia.

El asesinato de Julián fue una tragedia anunciada ya que tenía medidas de protección por parte del gobierno federal mexicano. Hasta el momento no se ha encontrado una solución efectiva y culturalmente adecuada para que los familiares de Julián puedan regresar a su hogar, su comunidad Coloradas de la Virgen, sin correr peligro. Porque la lucha para el territorio no debe ser una condena a muerte, exhortamos a la Unión Europea a que reforcé su apoyo y compromiso a favor de los Derechos humanos y que exija rendición de cuenta para que no haya otras muertes como la de Julián Carrillo.

 

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