Berta Cáceres Flores, ambientalista y defensora de derechos humanos de la comunidad indígena lenca fue asesinada el 2 de marzo de 2016 después de ser víctima de estigmatización y criminalización en el Estado de Honduras. Reivindicaba el derecho a la Consulta Libre, Previa e Informada recogida en el Convenio 169 de la OIT, un Derecho Humano Fundamental de los Pueblos Indígenas frente a la actividad de las empresas extractivistas.
Su asesinato es un caso emblemático que sigue impune. Entre el año 2010 y 2016 fueron asesinados 123 defensores de la tierra tan sólo en Honduras, donde la tasa de impunidad se eleva al 96%.
Numerosos Eurodiputados, de diferentes partidos políticos, muestran el apoyo a las peticiones de Berta Zuniga, hija de Berta Cáceres y COPINH, y solicitan medidas al Estado de Honduras y la Unión Europea.